Powered By Blogger

jueves, 20 de diciembre de 2007

Carta al viejito........................ Una niña, Una ilusión, Una realidad


Hace algunos años... una niña muy tierna, amorosa y linda... era hija única, tenia 7 años más o menos, le encantaba jugar, conversar con algunos amigos, ir al colegio y otros. Entre las tradiciones familiares, se encontraba ir a visitar a los familiares los fines de semana, a ella le encantaba ver a sus primitos y tíos, pero en su corazón había como un bichito que le molestaba siempre después de aquellas visitas, y es que ella pensaba que iba a ser cuando ella fuese grande a quién visitaría yo.? Decía.... y esto se lo comentaba a su mamita siempre que podía, preguntaba si era muy difícil hacer un hermanito, la mamá muy humildemente, le contestaba, que ella no podía tener más bebes, pero que sus primos siempre estarían con ella así que ha ellos los podría visitar.... La niña muy triste pensaba que solución dar al respecto, por que no quería estar solita.... Cuando sus papás la llevaban a parques, juegos y otros siempre veía a niños acompañados de hermanos y siempre decía.. ¿Por qué yo no puedo tener un hermanito?.... su tristeza y aquel bichito aun estaban en su corazón....

La verdad que esta niña no se daba por vencida, no concebía que no pudiese tener u hermanito, algo extraño igual por que niños de su edad ni locos les gustaría tener hermanos, ya que el ser hijos únicos tiene sus ventajas; Ella quería enseñar a leer a su hermano, preocuparse de el, bañarlo, no sep tratarlo como un muñequito.... pero sus papas de nuevo le decían que no se podía... que su mamá tenía algo extraño que ella no entendía y no podía ser su sueño realidad.... pero venia la época de navidad y dijo ¡El viejito pascuero nunca me ha fallado así que el me ayudara!... muy ilusionada esta pequeña niña escribió una cartita, la cual contaba que quería un hermanito, por que ella quería ir a visitar a un hermanito los fines de semanas, como lo hacían sus papás, me siento sola en este momento viejito, tú me puedes ayudar... “Mi mamá dice que no puede tener bebes, pero tu tienes magia y siempre cumples. Sé que no me fallaras” decía la niña.....

Pasó aquella navidad sin novedad, pero la niña no perdía las esperanzas... es así que en los meses venideros llegó la gran sorpresa... su mamita estaba esperando un bebe, ella saltaba de la felicidad y sus papas no lo podían creer por que se suponía que era imposible, pero como ven el viejito pascuero cumplió y no le falló... Aquella niña estaba muy feliz y agradecida.. la navidad de 1995 fue muy linda! No sólo por que el niño Dios era de verdad (su hermanito), si no que también había llegado un arbolito de pascua nuevo y la familia estaba feliz y agradecida al viejito por el milagro...

Coincidencia, milagro, “la magia esta en creer” o ficción .??? no lo sé yo.-.. lo sabe el viejito pascuero.... jo jo jo..

Lo verídico y cierto es que aquel niño bendito y angelito, es parte de una historia real..... es mi hermanito y aquélla niña soy yo...^^

domingo, 16 de diciembre de 2007

Bicicleta...


Las caídas, ufff esas que nos ocurren una y otra vez cuando aprendemos a andar en bicicleta, pero de la cual una y otra vez nos paramos para poder al fin lograrlo, cuesta, nos frustramos, nos reímos, lloramos e incluso nos da miedo al principio, todo por que es algo desconocido quizás... La realidad de esto es día a día, que junto a alguien que nos sostiene la bicicleta y de la cual de a poco la va soltando para que nosotros tuviésemos más confianza, si así es... una de las anécdotas más significativa de nuestras vidas a lo mejor, puede pasar a transformarse en un paralelo, a lo que nos puede suceder más grandes, quizás has oído “Lo que más te cuesta, es lo qué más se valora” pues bien, en este caso a mi personalmente me ha costado llegar a la meta, y sí que me ha costado, a porrazos, moretones, penas, alegrías, ilusiones, decepciones uff en fin...

Pero ahí estoy como un buen soldado en la guerra, al pie del cañón, o como cuando éramos más niños de nuevo arriba de la “cleta”, es que simplemente, yo y todos nacimos para lograr nuestras metas... Personalmente, tal como me lo han inculcado mis padres, que son los forjadores de mi formación, es así que puedo decir con orgullo que mis papás son los pilares de este árbol en formación que soy yo, sin ellos no podría ser lo que soy, no tendría esa garra y fuerza que hoy tengo para salir adelante y levantarme para volver a intentarlo una y otra vez si es necesario, por eso recuerdo esa travesía de aprender a andar en bicicleta, que algunos les cuesta más que a otros, a mi no me costo mucho cuando era niña, pero si me costaron otras cosas más grande, lo cual no me hace menos inteligente o menos capaz, sólo que mi vida es así a punta de sacrificios y muchas pruebas, donde todo no es en bandeja si no que tiene su costo y esfuerzo, más de alguno se vera reflejado quizás no en la misma experiencia si no que en otra, lo que en consecuencia es parte de la vida.... Obviamente a algunos se les da todo en bandeja, pero bueno ellos tienen suerte o mala suerte depende desde el punto de vista en que se mire, yo al menos no me siento desafortunada, es más me siento afortunada, por que simplemente cada instancia donde me cuesta más que otros, me enseña muchas cosas, entre ellas a atisbar verdaderos amigos, verdaderos consejos y la verdadera recompensa después; sin embargo, no hay que olvidar que después que aprender a andar en bicicleta, adquirimos independencia y velocidad al andar lo cual es una exelente recompensa, y por lo cual en otros traspies no será tan difícil levantarse, por que sabremos que despues de lograrlo iremos rápido quizás más haya de la velocidad luz.... Por eso la idea de estas palabras, no es pensar en cómo es nuestra vida, simplemente vivirla tal como vivimos esa inolvidable experiencia de aprender a andar en bicicleta, después de unos años recordarlo como lo lindo que fue y decir nuevamente “Lo que más nos cuesta es lo que más se valora”.

ZaPAT!lL@s De leVaNtArSe..^^


La joven-estudiante visitaba sus pacientes; uno de ellos era un viejecito, educado, correcto y optimista; entre visitas, supo que era solo, zapatero y deportista. Repentinamente empeoro. Milagrosamente sobrevivió. Posteriormente mejoró su salud. El caballero confiaba en aquella joven, entre susurros y secretamente, él humildemente preguntó si es qué tenía zapatillas de levantarse que sobraran, para poder caminar.

Ella las llevó; el paciente estaba feliz y agradecido con el detalle. Días después. Preocupada visitó al paciente... pero la cama estaba vacía... Preguntó cuándo dieron el alta. Nadie contestó. El silencio respondió... Simplemente quedó el recuerdo, una ficha y sus zapatillas.